La poeta Esther Ramón me da la fructífera tarea de trabajar alrededor de la idea de semilla. Fotografío a diario durante meses el resto de una berenjena y un pimentón que he cocinado y hemos difrutado comiendo. Mi falta de rigurosidad hace imposible que el stop motion planteado inicialmente cumpla sus reglas básicas y va derivando en un experimento donde el error es buen resultado. Mi compañera Cosmo me enseña y ayuda con la edición. Lo más difícil quizás es mantener a mi gato Petronio alejado de la quietud de la instalación durante todo ese tiempo.